EL ROL DE LOS NUEVOS LÍDERES
Existes en la medida en que sueñas e invitas a soñar a los demás.
Nuestra era se caracteriza por ser una época donde todos tenemos el rol de líderes. Quizá no dirijamos grandes compañías como Coca Cola, Amazon o Apple, pero somos líderes. Tenemos que serlo. Necesitamos dirigir nuestras propias vidas.
El liderazgo no es algo que se emplea de vez en cuando, sino todos los días y en todo momento. Todo lo que tú haces es liderazgo, porque siempre tratas de lograr que los demás compren lo que les quieres vender, desde tu imagen personal hasta tus productos o servicios. En este artículo te doy algunos tips para mejorar tu marca personal.
Los verdaderos líderes no practican el liderazgo, lo viven.
Un poco de historia
En los últimos 30 años, el desarrollo de los líderes ha requerido tres fases. La primera generación de líderes empresariales estaba formada, principalmente, por abogados. Como las sociedades anónimas eran un fenómeno nuevo, los conocimientos más importantes para la gestión de la empresa eran los relativos a cuestiones legales: el flujo legal. Se necesitaban expertos.
Pero el tiempo pasó. Los conocimientos se extendieron. Y las cuestiones tecnológicas sustituyeron a las legales en la lista de prioridades de los líderes. Por lo tanto; la segunda generación de líderes empresariales fueron constituídas por ingenieros.
Todo esto tenía mucho sentido en una época donde la ventaja competitiva dependía de la innovación tecnológica. Los líderes manejaban: el flujo de la producción. Con el paso del tiempo se fueron descubriendo nuevas áreas. La organización de la empresa y los recursos económicos se volvieron grandes protagonistas. La tercera generación de líderes contaba con MBA. Gestionaban el flujo financiero y administrativo de la organización.
Ahora, todo es cuestión de inteligencia y de intangibles: el flujo es del conocimiento. Cada persona tiene una dosis de conocimientos importantes.
Esto implica que la función principal del liderazgo es atraer y mantener a gente interesante: gestionar el flujo de atención. Esto, a su vez, significa dar un sentido e identidad a una tribu determinada. Y como líderes, tenemos que renovar constantemente ese campo magnético de la atención y la atracción.
Un nuevo estilo de liderazgo
En una época en el que el poder pertenece a la gente, los líderes tienen que ser “humalíderes“. Líderes humanos, empáticos y que sepan reconocer la contribución de su equipo. Líderes que conozcan a cada miembro de su equipo, sus habilidades, sus necesidades y sus objetivos personales. Líderes comunicativos que fomenten la creatividad y la innovación. Sobre todo, líderes que inviten a soñar y repartan felicidad a sus colaboradores.
Muchas personas siguen creyendo en el viejo estilo de liderazgo, pues están condenadas al fracaso. Pocas personas admiten ser malos amantes y menos jefes todavía admiten ser pésimos líderes. Pronto, tendrán que hacerlo.
No es de extrañar que todos hayamos iniciado una búsqueda de sentido de la vida, tratando de comprendernos a nosotros mismos y a nuestro entorno. Esa búsqueda es un inevitable efecto del nuevo orden mundial.
Esa antigua visión de la buena vida: una casa, un auto, un trabajo estable, etc. ha sido sido superada. Somos parte de una generación que tiene sus sueños claros y están decididos a alcanzar su felicidad.
El poder consiste y siempre ha sido así, en proporcionar sueños y felicidad a la gente. Sueños que los emocionen, les interesen, les motiven y le den sentido a su vida. En cierta época, Marx, Martin Luther King y otros, nos enseñaron a soñar. Hoy lo hacen Mark Zuckerberg, Elon Musk y Jeff Bezos, por ejemplo.
En un mundo con una gran diversidad de tribus, los sueños lo son todo y no son nada, la cuestión es determinar cómo puedes aportar sueños relevantes y potentes a esas tribus.
Conclusión
Te invito a dar una mirada a tu organización. Fíjate si los “jefes” invitan a soñar y generan satisfacción y felicidad en sus colaboradores. Si la realidad es otra, evidentemente están aplicando el viejo estilo del liderazgo y es urgente educar y dar paso a la nueva generación de líderes.
